sábado, 23 de abril de 2011

SIGUR RÓS (ára bátur-elpasillo de la octava. aportación)

AVAlanCHa


Hoy me despido de la misma depresión.
Me resuelvo al sobresalto y al vértigo del desequilibrio.
Una cruda resaca se repite en mi canción.
Y la aguja destapa sus complejos sin venenos públicos.
Huyendo de los pasillos químicos tropecé con tu corsé.
Y me fugo con delicadeza a tus hábitos y sutilezas arias.
Mis latidos y mis disparos interfieren mis pupilas.
Y los engranajes de tu perversión me delatan y no me absuelven.
Es la cargada letanía de olores de óxido y alquitrán.
El disfrute y el alud de imágenes en súper8.
Es el ruido de un motor a punto de reventar.
La inanición de la mente generará nuestro epitafio mudo.
Y la locura nuestro anónimo maestro.
La luna que se desploma en avalancha.

domingo, 3 de abril de 2011

azuFRE


He respirado azufre tanto tiempo
que ahora me huele el hálito
y me cuesta respirar.
Contraté migajas de luz a precio de vida
y me timaron en el trato,
y solo a ratos dejo de no ver el sol.
Comparé precios y escuché con atención
como con atención te miré mientras caminabas
sin tú saberlo.
Estaciono los discos junto a los libros.
Los libros junto a los discos.
Maniobro en los espacios del silencio opaco.
Como una tarde en las calles de Villafranca.
Extrañas manifestaciones de la belleza,
Akelarres sentimentales en el viejo camino del castillo templario.
Condecorada la oda con tus oídos,
no me queda más que partir.
Mi último objetivo: la certeza de ti.
La soledad no es siempre maldita,
ni el frío es la antesala de la muerte.
Solo soy la orilla mojada de una marea que baja.
La última vez que me crucé contigo,
me asistían la ternura de tus risas de madrugada
y la ceniza de mi literatura beoda.
Casi como en blanco y negro,
fui perdiendo tonalidad y pose,
desdibujando el encuadre.

laNadA






Tengo una alacena de libros 
y heridas a punto de reventar.
Pero no estaban así cuando comencé.
Por aquellas tenía ganas y garganta.
Una guitarra y una botas nuevas.
Y unos ojos que no acostumbraban a cerrarse.

Digo que sufro por que no lo hago.
Tan solo soy una despedida 
que nunca se produjo.
Un andén con un solo pasajero 
que nunca coge el tren.
Una oscuridad sin historia 
con sombra que proyectar.
Como un concierto vacío, 
un músico sin canción.

Si siempre hablo de lo mismo es por tozudez.
Me queda pequeña la pena y la derrota.
Fui y volé por encima de ello.
Sufrí y lloré por encima de ello.
Y solo me acompañaron las pastillas y los defraudados.
Y ni la magia estuvo a la altura.

Últimamente a penas queda nada.
Apenas recuerdos y arrepentimientos caducos
Que me esfuerzo por revitalizar.
Pero no recuerdo las salidas a mis entradas
Entré, me perdí, sigo por aquí, embauqué a algunos,
Y olvidé las soluciones a los acertijos
que formulé cuando creí 
ser chamán de guías perennes.

Escucho sólo la sola nada. 

quien escapará



Quién escapará de los martes de lluvia.
De la filmoteca vacía, y los olvidos consentidos.
Los días de desaliento y fiebre, 
y del invierno sin rechistar,
sin besos de parque en nuestro octubre sin hojas.

Los vaqueros rotos y los raíles de ganas,
Ampararon lianas de espinas ladronas de vida.
El paraíso se perdió, y nadie se movió.
Nadie fue bastante para el todo.

El frío y las venas, y los tallos cortados.
Y los gritos no paridos como grifos ciegos.
Y estrellas apagadas, de segunda fila.
Quién escapará de la tierra sin lucha y sin segunda fila.

Y los maestros bogaron sin pasión
Y la deriva se llevó el resto.
Cuando tuvimos, no lo necesitamos.
Y nos convenció el no retorno.

Y nos quedan disparates por aclarar,
Y aclaraciones por desmentir.
Promiscuidad de imágenes de locuras 
y un tren sin estaciones,
Y una duna de oleos sin terminar que cobran peaje.

Y quién escapará sin silencio y leña.
Sin vacío y un arado que nos contradiga.
Quién sin espacio, sin luz queda, sin erudición y armonía.
Quién sin algo de oscuridad.

Por ello abdico de la discreción y la excelencia.
Que me reviente la marea.

Shhh!


Shhhh!
El viaje es de acero y nylon.
El cristal es breve y no duele si tú escuchas.
Aunque solo sea a medias, aunque sea en el aire.
Y si me voy y no me encuentran sé que sabes y sabrás que pasé por aquí.

Tragando traviesas de amigos
Que están y no lo saben
Me despeño de la vida
Para que me recojan ya olvidado.

El vulgar de entre el vulgo
Se hace del músculo necesario
para tirar la silla y evitar el ruido
que tanto provocan los perdedores.

Escombros y taxis en estado de espera
Estaciones híbridas
Y colonias sin virrey.

SONETOS Y SUICIDIOS



Estoy tan cansado como desaparecido.
Creo que fui alguna vez, ahora que no lo hago.
En la entre-escena pedí perdón demasiadas pocasveces.
Me independicé del ocio casto y me hice un nicho
En un campo de sonetos y suicidios,
De dulzura de hojalata, de amor caducado.
Horizontes de relojes de arena sin arena,
Y cielos de otros, riéndose
De este espantapájaros que ni supo desertar.
Amuleto ambulante que ya no pende de ningún amigo.
Fui rosa tan cortada como rosas corté.
Y me fui alejando de la tierra fértil.
Y me fui alojando en mi segunda fila, sin lucha ni memoria.
Esquivando lo pendiente.
Una bala para un reo que no supo escarbar.
Una lucha para una apuesta perdida.
Un dilema para un hombre honesto.
Comprador de luces de humo y hierba,
Te compré aquel brebaje para llevarte a la cama,
Para asirme de tu ausencia y embaucar tu luz.

UN TRAZO y una herida


Un trazo y una herida.
Espigón de mar y tristeza.
Una memoria sin ayeres, sin costumbres.
Un espejismo de tormenta
Una verdad sin testigos.

Una ofrenda sin cuitas.
Un letargo y una bajamar.
Un pincel seco conrrestos de almas.
Unas almas conrrestos de un pincel.
Un entierro sin flores.

Un desnudo sin nudo,
Un rato arrastrado al desencanto,
Una vuelta a tus tuercas,
Una fortuna de deberes,
Un acopio de flaquezas.

Una cálida caída
Un temblor de humo
Un cielo sin premio,
Calentura druida del hombre medio.
Una baldosa con mi munición,
Un temblor, una diosa.
Un atisbo, una huida.

Sueños descolgados de los brazos abiertos
Penas y costumbres. Vidas en venta
Y pellejos caídos.
Noches deslucidas de tanta luz que bebo.
Extraño error y resaca.
Cristal delicado y queja harapienta.
Ciclo hibrido del no remedio.

Un atisbo de luz auténtica
Y un infierno de infiernos reales.
El peso de la sobriedaz.
Una orquesta de promesas no cumplidas.

Mi pequeño zaguán de sonrisas sorpresa


Mi pequeño zaguán de sonrisas sorpresa.

Tuve un corazón de cuerdas porosas
que alimenté de polvo mágico y vértigo.
Lo guardé mientras pude entre
tus silencios y mis errores.
Acróbata de muecas tuyas y temblores míos.

Me hubiera gustado que lo vieras.
Era como un tiro de vino y un verso de hesse.
Sé que no sabes, pero así era.
Un escaparate de acantilados que abordar.
Un estilo con la tinta invisible de los frágiles, como tú.

En un intento aboqué un impulso.
Y en mis respuestas te encontré incógnito.
Y te inventé sonriente, como no fui,
Repartiendo dedos finos de ternura
en los recodos de mis dunas y mis dudas.

Fui anilina en tus mejillas
antes del mi último minuto de lucha.
Y tu tacto se me arremolina como una espiral infinita.
Y bebo cansancio por las esporas de vida que se me van
Cada día que pierdo policromías de ti.

Y me insuflas mañanas de brumas y niebla,
De mañanas de respuestas sin por qués,
como notas sueltas de un piano de pared que nadie afina
pero siempre suena bien.
Mañanas de tostadas 
de mantequilla de vaca en Portugal.

Quiero que sepas que tengo un diente de orca
clavado en el costado que ya ni sangra,
que ya ni duele, pues ya no duele nadie más que tú,
mi pequeño remolino de guaridas de vidas agitadas,
mi pequeño vals de muecas y risas.

Hay grietas de más en mis manos
y demasiadas semillas no sembradas en mis dedos.
Hay demasiada gente a la que quiero, y no cuido.
Y demasiados hielos derretidos en mis arterias.
Hay espejos que no miro por habilidad
Y cunetas en las que paro por ineptitud.
Hay un vinilo que escucho y no me suena,
y un riff de pena que se me repite.
Hay un compromiso y un amor,
Y un enemigo y una guerra.
Una huida y un butrón.
Una herida y un polizón.
Y una cuna, 
y en los brazos de la fiebre
un chiquitito corazón.

Precipito letras sin miedo, 
sin el miedo del ignorante.
Postulante de  esquemas de aprendiz de errante menguante.
Decalogador de decálogos para obcecados 
sin esperanza alguna.
Debilito noches mudas y hablo, y hablo.
Calibro la cuerda de mi trapecio,
Y olvido mi mal de altura.

Te quiero mucho mi pequeño tatuaje entre vísceras.
Te espero enredado en mi ficción, que es solo mía.
Te espero a la hora en la que no me dolerán 
mis heridas, ni mis presagios.
Hazme hueco, como era, y abóname.
Échame de mi otra vida y acógeme en tus bracitos.
Échame a tus tardes de sueño y tus deditos cerrados.
No me dejes solo, y no te me alejes.

Apriétame en tus noches de insomnio,
Y olvídame cuando espante.
Acúsame cuando me esté quieto,
Y no me juzgues, que está feo y, duele.
Serás mío, o mía, pero solo un poquito, lo que me dejes.
Lo que me dejes, eso serás, lo que tú me dejes.
Y olvídame cuando esté para el olvido.
Y consuélame aunque sea en tus silencios.