Desde que no veo.
Desde que no oigo y solo musito, corro y no me canso.
Parodio día a día un papel sin terminar.
Y objeto sin escuchar.
Las paredes se me estrechan y las trincheras se me enfangan.
Desde que leo del revés y me ausento del derecho,
me prohíbo para cometerme.
Desde que no te llamo te oigo y no sé que fue mejor.
No se puede defender lo que nunca se ganó.
Y gano en ausencias y escalofríos,
en desmemoria y desidias,
que se me agolpan en los humedales de mis sequedales.
Tengo lo que temo, y me ausento empero.
No queda metralla para un loco sin balada.
Pagando a escote la tristeza y el error,
no hubo quien nos matara de melancolía.
Y que bien que hoy es invierno
Para morir un poco.
Desde que no oigo y solo musito, corro y no me canso.
Parodio día a día un papel sin terminar.
Y objeto sin escuchar.
Las paredes se me estrechan y las trincheras se me enfangan.
Desde que leo del revés y me ausento del derecho,
me prohíbo para cometerme.
Desde que no te llamo te oigo y no sé que fue mejor.
No se puede defender lo que nunca se ganó.
Y gano en ausencias y escalofríos,
en desmemoria y desidias,
que se me agolpan en los humedales de mis sequedales.
Tengo lo que temo, y me ausento empero.
No queda metralla para un loco sin balada.
Pagando a escote la tristeza y el error,
no hubo quien nos matara de melancolía.
Y que bien que hoy es invierno
Para morir un poco.