martes, 3 de noviembre de 2009

aun a riesgo de perder mi vida




Si te digo alguna vez que es: ‘...aun a riesgo de perder mi vida...’
...no me tomes muy en serio, pues no vale nada.
Solo me quedan los trazos de carbón de tu casa
que no lavé por miedo al vacío.
Lo único sucio que me queda puro.
La vereda entre espinos que me lleva al camino que abandoné.
No oigo, pues ensordé de patas y manos.
Quedé huérfano de sentidos y correctivos eficaces.
Y solo admiro los rostros masculinos y sobrios
de los que ganaron sin apostar.
Bebo el vino que aun no me tumba,
y persigo la tumba que se me resiste.
Soy una deriva entre la marea de correctos
que aun no saben como escupirme a tierra definitivamente.
Pero no pierdo el empaque.
Heredé de mis otras vidas la tozudez y la pendencia.
Y en mis tardes de silente
supe confundir a la parodia, al mago, y al locuaz.
Y aun me funciona
Pero tú y yo sabemos que por poco tiempo.
Soy el cerdo que decide su san martín.
Soy mi último trago, ese que aseguro y aun pospongo.
Cardo de venas ebrias,
sufro este otoño que no pare el invierno que me mate.
Si te digo alguna vez que es: ‘aun a riesgo de perder mi vida...’
...no me tomes muy en serio, pues no vale nada.